Último día de excursiones por Islandia. Me queda el norte árido; zona de volcanes, el rift del norte y el salto más caudaloso y alto del país. Parto desde Egilsstaðir, con -10ºC en lo que era un día nublado. Manejo un auto que no tiene neumáticos especiales, y como tengo que subir a la meseta para cruzar el norte, calculo que me va a tocar nieve. Circulo los primero 50km entre valles y repentinamente empiezo la subida. Al par de kilómetros, mis miedos se hacen realidad; me iban a tocar 200km de hielo en la calzada:

Bajo la velocidad, a 50km/h y muy atento a los patinazos, a las curvas y a las subidas y bajadas bruscas. Ya en el medio de la meseta tomo un desvío de 30km sobre tierra (que era hielo) para conocer la más grande cascada de Islandia; la Dettifoss:

La vista hacia el otro lado de la cascada es el famoso cañadón donde están construyendo una represa desde hace varios años y que seguro, si son fanáticos del Discovery Channel, han visto el documental:

A pesar del frío reinante, el caudal es impresionante. No me quiero imaginar en verano cuando está cálido el torrente que debe bajar. Con el agua, bajan también pedazos de hielo. Luego de media hora contemplándola sólo, decido que por el bien de mis dedos y de mi cuerpo en general, me debo meter dentro del auto a calentarme.

Retomo la ruta, y sobre la misma empiezo a ver volcanes, campos de lavas por donde la ruta se construyó y vapores que salen desde todos lados. Estoy entrando a la zona más activa del rift. El paisaje, a pesar de la nieve que cubre, es marciano. Hago una parada en una montaña llamada Námafjall, donde están unas fumarolas espectaculares:

En sí hacia donde uno ve hay vapor saliendo de la montaña cercana o lejana. Me acerco a una de ellas y le hago una primera toma:

El olor a podrido debido al azufre que desprenden es muy difícil de tolerar. El sonido que emanan me hace acordar a una turbina de avión; un zumbido atronador. Tomo con rumbo al lago Mývatn, y en el camino visito la falla de Grjótagjá:

Esta es una de las decenas que hay en la zona. La apertura continental en su máxima expresión; fallas, volcanes, actividad termal “a flor de piel”, campos de lavas. Por ejemplo, al costado del camino, saco una foto de uno de los tantos agujeros donde emana vapor:

Sigo Con rumbo al cercano volcán Hverfjall. Es una zona donde se pueden ver basaltos columnares y mil formas diferentes de rocas debido a las cámaras de gases que se formaron cuando erupcionó. Como no tengo tiempo para verlo, decido simplemente subir hasta su cima y sacarle una foto al cráter:

Acá un mapa del cráter para que se ubiquen:

La vista de aquí es impresionante; todos los volcanes, los mantos de lavas, las fallas, los vapores saliendo desde múltiples lados. Como los días están siendo cada vez más cortos, y los 66º de latitud se hacen notar; ya a las 4 empieza a oscurecer y me quedan 140km de camino con hielo hasta Akureyri.

Al otro día manejo los 400km restantes para volver a Reykjavik; no me queda más tiempo para visitar cosas pero lo más importante lo pude ver. Me despido de estos posts islandeses pero seguro que algún otro escribiré mostrando la fantástica geología de la zona. Será hasta la próxima!