Los abanicos aluviales de Mendoza

Alluvial fan

La ciudad de Mendoza está construida sobre el pedemonte. Esta zona es básicamente una plataforma inclinada compuesta de sedimentos que provienen de la precordillera, o visto de otra forma, es el punto de unión entre la planicie y la montaña. Sin embargo, con el correr de las décadas la expansión urbana se dirigió hacia esa zona, privilegiando la vista “desde las alturas” de la ciudad de Mendoza y teniendo más cerca a la montaña para poder apreciarla por la mañana. El riesgo que conlleva construir sobre los abanicos aluviales es muy alto y la gente parece no notar los peligros asociados que pueden acarrear.

Pedemonte

Como la mayoría sabe, Mendoza está enclavada en un desierto donde no llueven más de 200 milímetros al año y solamente lo hace en forma de chaparrones veraniegos que se pueden volver muy violentos. Hace sólo dos años, una fuerte lluvia provocó muchos aludes que fueron captados en video por los oportunos turistas:

Así como ese video pueden encontrar otra decena con sólo buscar “Potrerillos+Alud” en Youtube. Está demás decir que esos aludes que se forman son problemáticos y peligrosos, y que construir en zonas donde eventualmente pueden haber alguno de ellos es, cuanto menos, arriesgado. Este planteamiento se lo hice a mucha gente amiga de la ciudad y la respuesta más repetida con que me topé era “pero eso pasa cada mil años” en referencia al peligro de alud. Una vez en mil años para un abanico aluvial, pero el pedemonte está construido de cientos de pequeños abanicos aluviales que con el correr del tiempo se han unido hasta formar la configuración actual. Pero si las estadísticas no fallan, por más que la probabilidad de ocurrencia de un evento sea baja, si lo realizo simultáneamente en múltiples lugares es posible la observación del mismo. En otras palabras, por más que los aludes sean cada mucho tiempo, al tener tantos abanicos aluviales la probabilidad de localizar un alud es alta. Se que estoy un poco enredado con lo que intento explicar pero ahora se va a aclarar todo.
Me dispuse a buscar y datar los posibles aludes producidos en el pedemonte mendocino en los últimos 30 años, que es el registro fotográfico satelital que ofrece Google. Lo que encontré me sorprendió de gran manera, desde la zona de Cacheuta hasta Villavicencio se generaron 17 aludes entre 1984 y 2012. Algunos muy chicos y otros de considerable tamaño. Volqué toda la información recolectada en un mapa interactivo donde van a poder acercarse a cada zona de remoción. También tienen a su izquierda un “tablero” donde se puede dirigir rápidamente a cada abanico aluvial marcado:

Si quieren verlo en tamaño grande, vayan directamente a este enlace que van a poder visualizar e inclusive exportarse la información en un kmz a su Google Earth doméstico.

A continuación les quiero mostrar dos ejemplos del rápido avance de los abanicos y cómo un fenómeno que es uno cree estático en realidad tiene muchísima actividad. Las capturas son de por sí interesantas ya que en el mapa anterior solamente se ve el estado actual de los abanicos y no su evolución. El primer ejemplo es de la quebrada de Isidris:

Abanicos aluviales1Y el segundo es de las quebradas que están inmediatamente al norte de la ruta provincial 13. Podrán ver la generación de aludes en tres años diferentes marcados con puntos amarillos:

Abanicos_aluviales

Zonas de peligro

En la mayoría de los casos los aludes producidos avanzan sólo 1000 o 2000 metros una vez que dejan la quebrada por donde descienden. Esto es lógico ya que se pierde pendiente y consecuentemente energía cinética, haciendo detener primero el material más grueso y así sucesivamente. Por esta mecánica natural de los aludes, sólo están en peligro algún que otro puesto en la precordillera que se encuentre pegado a las desembocuaduras de las quebradas. Donde uno sí puede identificar una clara zona de peligro es en la zona urbanizada a los pies del cerro Arco. Allí, desde principios de los noventas se comenzaron a construir casas y no tuvieron mejor idea que “hacerle un codo” al arroyo seco sobre el que estaban construyendo. El primer ejemplo que les mostré es justamente de esa zona, donde hubo un gran alud en el 87 y unos años más tardes se construyó sobre los depósitos de ese alud. Hagamos un análisis pormenorizado de la situación:

Abanicos_aluviales

En blanco está marcado el río seco por donde bajan las crecidas. Pueden ver dos codos que se hicieron artificialmente para “guiar” el agua fuera de la zona urbanizada. El área amarilla abarca la zona afectada por el alud de 1987 y por último, las líneas azules muestras los cursos de agua naturales que existían antes de la urbanización. Pueden notar el riesgo gigantesco que recae en la zona si se precipita un alud de dimensiones considerables.

Esto es todo de momento, simplemente quería mostrarles una curiosidad geográfica más y como algo que se cree muy esporádico en realidad sucede mucho más frecuente de lo que pensamos. Espero que les haya gustado leerlo tanto como a mí hacerlo. Será hasta la próxima!

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2 respuestas a Los abanicos aluviales de Mendoza

  1. Guille dijo:

    El problema de los aludes, son los agentes inmobiliarios y politicos, sería facil y relativamente económico hacer un estudio serio sobre peligro geológico, pero hasta que no mueran las suficientes personas nunca se prestará atención a estos detalles.

  2. Pingback: 5 años y un adiós | Animal de Ruta

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