(Disclamer: Post sólo apto para amantes de la montaña mendocina. El resto se puede aburrir, y mucho.)
Recorro el cordón del Plata desde hace 20 años. Mi primer 4000 (el San Bernardo) lo hice un invierno cuando todavía no cumplía 11 años. Desde esa época he ido con cierta regularidad todos los años y caminé muchos de los senderos. No soy ni por asomo la persona que más conoce el área ni nada por el estilo, pero he ido notando, con el correr de los años, como se ha transformado el área. A continuación, quiero contar algunas impresiones.
El detonante de este post fue encontrame con fotos de un verdadero basural que quedó en el campamento El Salto. A primera impresión del caso y considerando que en el mundo de la montaña son pocos y se conocen mucho, fue lógico hacer responsable a los dueños del refugio . Quienes, además de ser los únicos proveedores de mulas de la zona, algunas temporadas instalan un domo en El Salto donde ofrecen servicios a los visitantes al campamento.
¿Cómo terminó la basura allá arriba? Indagando un poco más en el caso encontré un culebrón; al parecer la gente del refugio contrató/realizó un acuerdo comercial con tres estudiantes de la EPGAMT para trabajar en el domo. Según comenta, estos empleados o asociados al finalizar la temporada debían bajar la basura en las mulas pero por diferencias internas entre ambas partes y bla, bla y más bla, la basura quedó allá.
Básicamente un desacuerdo comercial. La única conclusión es que la basura está arriba. Las cosas que no estaban bien sujetas o tenían poco peso, se volaron por acción del viento, repartiéndose por toda la Quebrada de Vallecitos, y el resto aún permanece allá.
En fin; puterío, guías, basura, servicios, problemas de dinero y guardaparques que hacen la vista gorda. ¿Algo más parecido al Aconcagua en enero? Imposible. Es por eso que se me ocurrió esa palabra, “Aconcagüización”, en este caso del cordón del Plata y de la ruta hasta la Hollada.
La basura, ese “problemita” de todos
¿Vale la pena rasgarnos las vestiduras con estos “desprolijos”? No, hay que marcarlo y denunciarlos ante las autoridades pero no es el único. Pero con el aumento exponencial de andinistas en la zona, donde ahora también se ofrece en paquetes de ascenso al Aconcagua como un pirmer plato de entrada, los problemas con la basura (sanitaria y de la otra) son cada vez más grandes. Antes del 2000, tal vez no encontrabas una piedra que no tuviera papeles higiénicos, pero lo que vengo notando desde hace unos 5 años es que ni siquiera se bajan la basura no tan sucia. Este verano encontré botellas, papeles de caramelo o directamente bolsas enteras de basura en los campamentos, un verdadero asco. Muchas veces los locales le tiran la pelota a “los porteños que vienen a ensuciar” cuando el ejemplo de la basura en El Salto que vimos es bien local. A nadie le gusta ir con una bolsa llena de papeles con mierda, pero ni no logramos revertir el desastre que ya es, vamos a terminar haciendo (literalemente) cagar la zona.
¿Está mal la masificación? ¿Y lucrar con la montaña?
Muchos podrán contestar que sí. A mi no me gusta que se llene de gente un cerro, pero tampoco me parece mal. Si no te gusta cruzarte con mucha gente no hace ni falta de ir a otra región, con cambiar de quebrada (por ejemplo, la de las Morenas Coloradas) sobra. Si vas para la zona del campo El Salto, vas a ver mucha gente, mulas, servicios y guías. Otro de los pensamientos extendidos es que lucrar con la montaña está mal. Para mí no hay anda más ridículo que ello. Mientras el guía se comporte de forma responsable no debería haber ningún tipo de problemas. Yo he visto personalmente a guías (Mauricio Fernandez por ejemplo) trabajar de forma impecable con los clientes, de forma totalmente profesional y cuidando el ambiente que les da de comer. Los disparadores comienzan cuando la gente que trabaja de esto es una improvisada, donde no se respeta al medio y originando fricción con los andinistas amateurs.
Guardaparques invisibles
Desde el año 2011 la zona está englobada en lo que se conoce como Parque Proncincial Cordón del Plata, básicamente un área natural protegida. Desde el 2013 se ubicaron guardaparques en la zona de Vallecitos, para que cuiden, controlen, vigilen y resguarden la zona. Pero, al igual de lo que sucede en el Aconcagua, hacen poco a nada. Es más, hasta creo que nunca subieron al Salto. Si lo hubieran hecho se habrían dado cuenta del basural que es y habrían actuado según lo que corresponde. Si leemos las actividades prohibidas por la ley que sancionó la creación del parque podremos leer que literalemente:
“Queda prohibida la liberación, dispersión o disposición de sustancias o elementos contaminantes, productos químicos o residuos de cualquier naturaleza o volumen.”
¿Entonces que hace ese basural arriba sin control? ¿Controlan los guardaparques?
La chapa de quien lo dice
Otro tema muy arraigado en el mundo de la montaña es que te dan proporcionalmente más bola si tenés más chapa, si hiciste aquella ruta, si fuiste en el día a tal cerro o si escalás tal grado. Esa lógica es perfecta cuando hablamos de andinismo de alto rendimiento, donde el consejo vital de una ruta te lo da alguien con experiencia, pero no se cumple para cosas mucho más mundanas como es el estado ambiental de una zona. No me hace falta haber hecho el Plata en el día, la sur del Aconcagua o el Everest para darme cuenta que cada vez hay más basura arriba y que cada vez la gente está más laxa con volver con sus residuos.
En fin, este post es más una descarga de lo que venía acumulando que algo concreto. Mi mirada pesimista dice que las cosas sólo van a ir a peor y que pronto ir a cualquiera de los 4 campamentos que comparten muchos de los cerros (Veguitas, Piedras Grandes, El Salto y La Hollada) van a ser inutilizables. Y eso no terminará allí, sino que mudarán los campamentos un poco más arriba o abajo y se seguirá contaminando, como sucede en el Aconcagua con su contaminado campo Berlín y su reemplazo Cólera.
Sólo un cambio radical de todos los que caminamos la montaña puede detener lo que es casi irreversible; la “aconcagüización” del Cordón del Plata. Será hasta la próxima.