El cerro Yareta es uno de los pocos 3000´s de la precordillera de Mendoza. En sí es un larguísimo cordón que empieza sobre la ruta provincial 13 y continúa hacia el sur paralelo al cordón del cerro Pelado, hasta llegar al dique Potrerillos. Sobre el final, se ramifica hacia el este y oeste generando subcordones:
Estas ramificaciones hacen del cerro un “macizo”, como me gusta nombrarlos a mí. Son características topográficas y morfológicas que van a formar un sólo cerro sin ningún “compañero” alrededor que lo estorbe. Miren de vuelta la foto que abre el post y vean la cantidad de brazos que posee el cerro y el ancho que tiene. A mi entender, sólo el Invernada y el Colorado de Uspallata comparten el carácter de “macizo” para un cerro de Precordillera.
Ruta y días
Lo primero que hay que decir de este cerro es que es muy largo. Repito: muy largo. Asique no lo subestimen porque es sólo un tres mil bajo y porque hayan hecho 4000s del cordón del Plata; este cerro tiene sus vueltas. No importa por donde se ascienda, son 1700 metros de desnivel y más de 10km hasta la cima. Otro detalle es que no hay agua en el camino. Nuestro itinerario fue salir temprano y hacerlo en el día, pero es común un vivac a mitad de la ruta y un segundo día de cima. Es así como lo hacían en la escuela de guías en la primer salida de los estudiantes, eso sí, van con mochilas a full. La ruta no es única y que yo sepa posee dos “normales”. Tiene otras 3/4 variantes posibles pero las cuales no tengo registro de ascensiones. Desde ningún punto posible se puede divisar la cima del cerro (sólo desde el mirador de la ruta 89), ya que es apenas un morro cumbrero en una zona de altiplanicie. El camino elegido por nosotros es bastante obvio en los papeles: hacer un acercamiento al pie del filo sur que lleva a la zona alta del cerro y de allí, en la parte alta (arriba de 2600m) hacer la travesía a la cumbre.
El Relato
Un sábado de mayo de 2014 me despierto temprano y paso a buscar al amigo Davolio, a la Hippie y al “Pendejo”; es el equipo de ascenso. Ponemos rumbo a Potrerillos y a las 8.20hs dejamos el auto pasando la entrada a Potrerillos, en donde tiene su base Ríos Andinos. Allí hay un ex-puente ferroviario, ahora devenido en un improvisado puente automotor. A las 8.35hs empezamos a caminar. Nos encontrábamos a 1390msnm
El Descenso
Al ser un cerro tan grande, desde la cima se desprenden múltiples filos, y ese es el mayor peligro de este cerro. Uno puede tomar el camino equivocado y perderse feo o quedar enriscado. Error mío fue no tener pilas extras en el GPS, por lo que tuvimos que comenzar el descenso con batería baja y sin saber si se nos iba a apagar en qué momento. La ruta es tan pero tan traicionera (siempre hablando de visibilidad nula) que nos terminamos desviando del camino, aún con GPS, en 3 ocaciones. Desvíos cortos, pero que para retomar el camino nos demandaba volver a subir esos 50m de desnivel y perder preciado tiempo. A eso súmenle el cansancio acumulado. Recién al llegar al segundo descanso parecen las nubes irse (en realidad, bajamos de su nivel base) y el filo por donde subimos se abre ante nuestros ojos. Recién allí respiramos aliviados. El GPS aún funcionaba pero ya no era necesario por lo que lo apago. Al llegar al primer descanso vemos la posibildiad de bajar por un corto acarreo que nos deposita en la parte alta de la quebrada la cual iniciamos nuestro camino en la mañana. La idea era bajar por ella hasta “empalmar” donde comienza la ruta al filo. A partir de allí es terreno conocido.
Efectivamente bajamos el acarreo y llegamos a la quebrada que tenía mínimos vestigios de alguna vez correr agua. El lecho está lleno de planta pinchudas por lo que empezamos nuestro descenso por ella atravesando un laberinto de pinches. Una hora después estamos en el empalme, ya siendo las 18.30hs y con mínima luz natural. Como autómatas continuamos nuestro descenso (no paramos en ningún momento desde la cima) bajo un cielo nubladísimo y muy oscuro. A las 19.35hs, ya sin luz natural cruzamos el puente y llegamos al auto. Habíamos caminado 26km y teníamos encima un desnivel acumulado de 1994m (1714m para el cerro y 280m más de reascenso durante nuestros desvíos en la bajada). Lo que sigue es lo que indica el manual: estirar, hidratar, comer algo y poner la proa hacia la ciudad de Mendoza.
Ya al otro día, las artes cinematográficas del amigo Adrián nos entregan este hermoso video del grupo actuando en los cerros. Costumbre que se viene repidiendo desde hace ya un tiempo:
Recomendaciones
Para este cerro aconsejo un muy buen estado físico, ya que el desnivel a sortear es interesante, llevar agua necesaria para 12hs de travesía y lo más importante, averiguar antes cómo va a estar el clima. Si va a estar nublado, directamente carguen la ruta en el GPS y salgan tranquilos. Si no tienen GPS, no vayan. Es un cerro muy similar al Invernada, para arriba todo es lógico pero para abajo se convierte en un laberinto en el que podés terminar enriscado. El descenso no es complicado bajo las condiciones climáticas ideales pero en un día sin nubosidad, y al no poseer una senda, puede terminar siendo un dolor de cabeza. Es un cerro ideal para hacerlo en primavera u otoño. En invierno ya vamos a tener algo de nieve y los días demasiado corto como para terminarlo en el día y con luz natural y en verano es un infierno cálido.
Bueno amigos, esto es todo por ahora. En un mes estaremos contándoles una nueva aventura. Para los que les interesa tener todos los cerros de Mendoza mapeados en Google Earth acá podrán descargarlo y visualizarlo en ese programa. Como siempre, se aceptan sugerencias y/o comentarios.