Así es amigos, en Islandia recientemente prohibieron matar a los vascos. ¿O sea que antes estaba permitido? Técnicamente sí. A continuación desarrollaremos un poquito más la historia. Bienvenidos.
Los balleneros vascos eran muy conocidos en toda Europa por su bravura y eficiencia. Cazaban en la región del mar Cantábrico desde tiempos remotos (algunas dataciones afirman desde el 670). Pero al acercase el siglo XVI las ballenas comenzaron a escasear en la mayoría de los mares europeos debido a la sobrepesca, forzándolos a abandonar el país Vasco y buscar territorios más alejados. La expansión se dio hacia el norte y posteriormente el oeste, llegando a lugares tan alejados como Islandia, Groenlandia y Terranova.
Durante las estancias en tierra firme aprovechaban para realizar comercio de pieles y otras necesidades y se fue generando una gran relación con la población local, al punto que se desarrollaron lenguas créole o pidgin. En Islandia apareció el vasco-islandés y en la region de Terranova y Labrador el algonquino-vasco, siendo las lenguas algonquinas de origen indígena americano.
La matanza de 1615
Durante el verano de 1615 partieron 12 buques desde el país vasco a Islandia para iniciar la cacería de ballenas pero sólo 3 se quedaron en esa región y los otros 9 eligieron el norte noruego para la búsqueda de cetáceos. Una vez finalizada la temporada de caza de los 3 balleneros, vendieron carne, huesos y demás ítems a la población local y se disponían a zarpar hacia caza. Pero el invierno se adelantó y una tormenta bíblica destrozó los barcos contra la dura roca basáltica de las costas, obligando al grupo de alrededor de 80 tripulantes a pasar el invierno en Islandia mientras se hacían las reparaciones a los buques. Pero el detalle era que en la isla ya llevaban cinco inviernos muy crudos, con poca comida para alimentar a la población debido a la muerte por frío de los animales y encima a la escueta caza de las pocas ballenas que dejaban los vascos.
Toda la furia se desató en muy escaso tiempo. De los tres grupos de tripulantes (recordemos que eran tres balleneros), uno de ellos partió hacia Dyrafjorour para pasar el invierno, cosa que levantó la ira de la población local. Y para terminar de “cagarla”, los balleneros entraron por la fuerza a una casa vacía de un comerciante y le comieron todo el almacén. La cosa es que los campesinos de la zona se enteraron y sacaron a relucir su alma vikinga asaltando, asesinado y mutilando posteriormente los cuerpos de los vizcaínos.
El levantamiento en armas de la población local legó a los oídos del comisario Ari Magnússon, que al ver que se desbordaba la situación convocó a un juicio en Súoavík donde en vez de poner paños fríos a la situación declararon legal matar a “la población vasca”. Básicamente querían exterminar a todos los vascos pero de una forma que fuera legal. La corrección nórdica que le dicen. El mismo Ari se encargó de la cacería, matando al segundo grupo de balleneros cerca de Sandeyri. Solamente el último grupo de balleneros se salvó exclusivamente por la elección del lugar donde iban a pasar el invierno. Debido a que el clima fue realmente muy duro, Ari y su tropa no pudieron alcanzarlos, y cuando las condiciones mejoraron los vascos ya habían zarpado hacia su país. En el medio de todo, 32 balleneros asesinados y mutilados, desde sacarle los ojos, cortar orejas y genitales hasta el desmembramiento.
Lo curioso de la situación fue que la medida nunca fue levantada durante los siglos posteriores, a pesar de nunca más ser aplicada. O sea, en el hipotético caso de un asesinato de un turista vasco a manos de un poblador local, éste último estaba legalmente resguardado por esa antigua ley. Algo simplemente de locos! Al cumplirse los 400 años de la matanza y más por un tema de conmemoración que de otra cosa, el gobierno de Islandia derogó la ley y convocó a la diputación de Guipúzcoa a una commemoración de los hechos. Descubrieron una placa como homenaje a los 32 balleneros, hubo pedido de perdón y lamento por lo ocurrido y, lo más importante de todo, es que a partir del 22 de abril del 2015, en Islandia dejó de ser legal matar a los vasco.
Será hasta la próxima!