Tiene que hacer frío, y mucho, para que se forme hielo marino. Olvídense que con temperaturas por debajo del punto de congelación sobra. No. Tiene que haber un período muy prolongado (mínimo un mes) a temperaturas de por lo menos -10ºC a -15ºC. Eso lo sé porque me tocó pasar un invierno en la zona costera de Noruega, a más de 60 grados de latitud norte. Allí comprobé como el mar se comenzaba a congelar luego de un período muy largo de bajísimas temperaturas:
Esto me llevó a pensar hasta dónde se podían formar los hielos, o dicho de otra forma, que tan bajo en latitud podíamos encontrar a los océanos en estado sólido (superficialmente).
En mi búsqueda inmediatamente descarté a la región antártica, principalmente porque la corriente circumpolar antártica impide que el hielo avance a partir de un punto sobre el gran mar del sur. Por ello centré mi atención en el hemisferio norte del planeta y particularmente las regiones alejadas de la corriente del golfo, donde la costa este de Canadá parecía ser el lugar indicado. Gracias a la NASA que monitorea permanentemente la evolución de los hielos marinos, pude obtener la información que el hielo alcanzaba la costa sur de la provincia de Terranova y Labrador:
Pero aquí, valga la redundancia, empiezan los “peros”. Ustedes en la foto satelital anterior podrán notar que dibujé una línea roja. Esa línea delimita a dos tipos de hielos: el first-year sea ice y hacia el sur los nilas, new ice y young ice. La diferencia principal entre el primero y los otros es que posee el suficiente grosor como para mantenerse sólido, en cambio, los hielos que se encuentran hacia el sur se quiebran bajo acción del oleaje. Estos últimos podrían interpretarse como el comienzo del congelamiento de los océanos y cuando adquieren un espesor y rigidez como para no quebrarse ni sufrir la acción del oleaje ya se denominan first-year sea ice. En términos prácticos, el hielo más al sur se forma a una latitud de 53ºN mientras que los estadíos iniciales de congelación se ubican usualmente en la latitud 47ºN.
Que se formen hielos tan al sur no es de extrañar; allí se encuentra la desembocadura del río San Lorenzo, el cual aporta agua dulce a una porción de océano restringido por grandes islas y le baja considerablemente la salinidad permitiendo comenzar su congelación con menor mayor temperatura.
Hasta acá hemos desarrollado la idea de que para que el océano se congele, debido a su salinidad, se requiere de temperaturas bajo cero prolongadas y que tenemos diferentes tipos de hielos dependiendo de su espesor y comportamiento mecánico. Pero para que tomen conciencia de que tan al sur llegan esos hielos, veamos esas latitudes a qué corresponden en Argentina. Con los datos vistos previamente el hielo marino llegaría a la ciudad de Río Grande, Tierra del Fuego y los hielos en su estado inicial alcanzarían Comodoro Rivadavia! ¿Se imaginan llegar en pleno julio y ver la playa de Rada Tilly totalmente congelada?
Pero los hielos marinos más ecuatoriales del planeta no se encuentran en el este canadiense sino en el este ruso; ese lugar que es el polo de frío del mundo. En la zona del mar de Okhotsk desemboca el río Amur y genera el mismo efecto que en Canadá; disminución de la salinidad y congelamiento marino, pero en este caso el clima es tan frío todos los otoños se forma el first-year sea ice.
En esta imagen satelital no se aprecia la extensión máxima de esos primeros hielos porque fue sacada el 4 de enero de este año y los hielos crecen hasta mediados de marzo (fuente de la foto y disparador del post: acá). En su máximo, comúnmente alcanzan la isla de Hokkaido en Japón:
O como lo muestra este gráfico de la extensión máxima de los hielos marinos en 2014:
Las locaciones mencionadas expresadas en latitudes son 46ºN para el first-year sea ice y 43ºN para los estadíos iniciales de congelamiento. Si volvemos a hacer la analogía, equivaldría a tener hielo sólido en Comodoro Rivadavia y un mar con principio de congelamiento en Puerto Madryn.
Bueno amigos, esto es todo por ahora y será hasta la próxima!