El Lomas Amarillas es un cerro que pasa bastante desapercibido en el cordón del Plata a pesar de ser uno de los 9 cincomiles del cordón y el sexto en altura. Su cima principal se encuentra apenas a 3-4 horas del último campamento de altura de la zona (La Hoyada, a 4650m) y punto de partida de ataque al cerro Plata y en menor medida Vallecitos (en general éste último se ataca desde el campamento predecesor de El Salto, a 4200m) y sin embargo es de los cerros menos hollados de la zona. A continuación, la descripción de la ruta y el relato de ascensión.
Intentos previos
Este cerro lo había intentado una vez, en diciembre de 2012. Fue un invierno de grandes nevadas tardías y tormentas en octubre y noviembre, por lo que la zona alta de la montaña (arriba de 4500m) todavía guardaba una buena cantidad de nieve. Salí en auto desde Mendoza a las 6AM y a las 8 ya había me había puesto en marcha hacia el cerro. A la 1 me encontraba saliendo desde La Hoyada hacia la parte cimera que parecía ahí nomás. Pero había cometido un gran error: no llevaba ni crampones ni casco. La zona del acarreo estaba con su típica lengua de nieve (siempre de espesor variable) y me hacía resbalar a cada paso. A su vez, el viento y el deshielo tardío “escupían” muchas piedras desde la parte alta del acarreo. Por último, un guía de montaña que me había cruzado en La Hoyada previamente me había persuadido de no seguir debido a la continua caída de piedras. Conclusión, a los 20 minutos de salir del campamento hacia arriba me pego la vuelta. Estaba muy cansado y sin crampones; era una tontería seguir.
El intento exitoso
Los días entre navidad y año nuevo de 2013 fueron los decididos no para ir a este cerro sino para repetir el cerro Plata. Iba con Rodo, compañero del Aconcagua y con Juan, compañero de otros cuantos cerros. Ellos nunca habían subido el Plata, un cerro siempre muy desafiante. Yo me tomo un avión a las 6.00AM desde Buenos Aires, llego a Mendoza, paso por la casa de mis viejos a buscar el equipo y a las 9.00AM me pasan a buscar los chicos. A las 12.00hs nos pusimos en camino a el campamento de El Salto.
Vamos muy pesados por lo que avanzamos a paso lento. En mí se nota el sobrepeso de 6 kilos, la falta de entrenamiento y de falta de cerros hechos. Ya en Las Veguitas, primer campamento ubicado a 3200m y a sólo 45 minutos de los autos empiezo a sentir dolor de cabeza. Entre el auto y el campamento hay un depósito de morena terminal de cuando el glaciar llegaba hasta allí que debemos sortear. Este tipo de depósitos se conocen como “tapones”.
Hacemos un descanso de 20 minutos y continuamos hacia Piedras Grandes, segundo campamento a 3570m ( 32°58’53.61″S 69°23’21.05″O). A las 14.30hs llegamos allí, previa subida por el segundo tapón del valle.
En Piedras Grandes nos quedamos 1 hora almorzando y mirando el paisaje. Había podido controlar el dolor de cabeza tomando mucha agua. Estábamos a mitad de camino del campamento El Salto pero sabíamos que nos quedaba un durísimo recorrido.
El primer tramo entre ambos campamentos es el ascenso al glaciar de escombros que genera un gran tapón de 200m de altura. Éste tapón es la última expresión del glaciar que baja de las paredes orientales del Vallecitos y Rincón.
Una vez cruzada de derecha a izquierda el tapón y luego de rodearlo se logra ascenderlo. El tiempo estimado es de una hora entre Piedras Grandes y el techo del tapón. Luego el camino nos da un respiro de unos 30 minutos mientras la inclinación vuelve a aumenta paulatinamente. A partir de este punto (3900m) ya se logra ver el campamento del El Salto al fondo, característico por sus rocas naranjas. La última parte es muy dura; se empieza a trepar cada vez más empinado, la senda se vuelve muy pesada y es todo increíblemente sincronizado. Cada 200 metros, la inclinación aumenta hasta que al final se vuelve muy pesado. Geológicamente se produce debido a que el glaciar erosiona los bordes de valle pero en esa zona hay un escamamiento que, o bien es muy activo tectónicamente, o es de roca diferencialmente más dura. Esto produce un efecto rampa:
Una vez llegado al final del Infiernillo, se llega a la parte baja del salto de agua mismo y luego se prodece a rodear mientras se asciende. Es una parte delicada por la inclinación y por la pobrísima calidad de la senda, donde se desmorona fácilmente debido a que nos alejamos de los depósitos de morena lateral donde veníamos ascendiendo para caminar unos 300m sobre los depósitos mismos del glaciar cubierto.
A las 19.00hs llegamos al campamento muy cansados y con un dolor intenso de cabeza. Armamos rápidamente campamento, juntamos agua y nos acostamos a dormir.
Día 2
El segundo día fue muy relajado; hidratar y descansar hasta la tarde. Luego, desarmar campamento y caminar 90 minutos hasta La Hoyada. Mi dolor de cabeza variaba en intensidad pero nada de preocuparse. Lo único que sí me preocupaba era lo bajo que estaba oxigenando cuando me medía con el oxímetro.
El camino transcurre igual que antes de llegar a El Salto; es caminar en un glaciar cubierto, para luego en la parte final ascender abruptamente al campamento. Hacemos la carpa, buscamos agua, hidratamos y nos fuimos a dormir. Dormir es un decir porque en mi caso no me estaba sintiendo bien y menos aún pude dormir. En teoría nos teníamos que levantar a las 4.00AM y salir a las 5, pero nos terminamos despertando a las 5. Yo no me sentía en absoluto bien; el no dormir e había hecho aumentar el dolor de cabeza y el oxímetro me marcaba saturación menor al 80%. Ahí le aviso a los chicos que no voy a salir y que me iba a quedar descansando un poco más. Si estaba bien iba a “tirar” el Lomas Amarillas.
Día 3
Los chicos habían salido hacia el Plata y yo, sin despertador ni nada, me despierto a las 9.00AM por mi cuenta. No estaba al 100% pero estaba como para hacer el intento. Sin comer nada y sólo hidratando encaro hacia la primera parte del cerro. Es importante acá nombrar cómo es la ruta del cerro. Desde el campamento se ve un acarreo bien empinado que se ensancha en la base del cerro. Uno debe encararlo por ahí. Salvo los meses de febrero o marzo, la primera parte del cerro siempre tiene una gran lengua angosta en ancho (unos 10m) pero muy larga. Lo ideal es llevar crampones e intentar hacer la mayor parte en nieve porque apenas te salís de allí, empezás a patinar en la roca. En la siguiente imagen se ven en colores las diferentes secciones que uno enfrenta el último día. En amarillo está la parte de la nieve.
Donde termina lo amarillo y empieza lo naranja es un punto muy fácil de ver desde la ruta; hay una torreta al costado del acarreo que es de una roca naranja y es un gran indicador. Allí a mí se me terminó la nieve y me desplacé hasta la izquierda buscando los espolones de rocas emergentes que me aseguren una pisada firme. Allí uno va avanzando con pies y manos, agarrándose de las paredes rocosas y avanzando en diagonal hacia la izquierda. La parte más dura es la marcada en rojo; es una sucesión de paredes rocosas con zonas muy empinadas y complejas. Yo intenté seguir el camino más lógico y terminé en un paredón de rocas que la única salida que tenía era hacia la derecha, en dirección al acarreo. Allí empalmé en la parte final del acarreo y la única marcada con una leve senda; esa es la porción marcado en azul.
La última parte es bastante expuesta. Se avanza por un filo irregular muy rocoso, donde a veces hay que destrepar y reascender. Desde estos filos se ve la cumbre al fondo, en dirección hacia la ciudad de Mendoza, que luego de 1 hora de camino por los filos se llega a el morro cumbrero.
Piso la cima a las 13.00PM, con un cielo totalmente despejado y temperatura muy decente. Sin embargo no siento ni un poquito de alegría; en el fondo me preocupa y mucho la vuelta y en especial deshacer el filo. Saco el gps, hago el video de rigor y descando por 30 minutos.
La altura es de 5159m, muy lejos de los 5400m que aparece en algunas cartas. Lo que queda es desandar el camino que resultó más fácil de lo que pensaba y en 1 hora estoy en La Hoyada. Allí me uno con Juan y Rodo que por temas físicos habían decidido ir (y hacer cima) en el Vallecitos. Desarmamos campamento y 4 horas más tarde estábamos en el auto destruidos pero felices.
Otra ruta
Una ruta que muchos siguen es seguir derecho por el acarreo para arriba sin tirarse a la izquierda. Es totalmente válido pero se va a gastar más piernas debido a la característica del terreno. Salvo que haya caído una nevada o estemos en época invernal donde la nieve nos va a ayudar a traccionar en el terreno.
Apostillas finales
Como conclusión, el cerro Lomas Amarillas es un lindo cerro, con una ruta muy marcada, transitada y fácil hasta el campamento de La Hoyada. Los metros finales son los que uno debe de tener cuidado en la tendencia natural de tirarse hacia la izquierda evitando el acarreo y con sumo cuidado en la travesía de los morros hasta la cima.
Bueno amigos, esto es todo por ahora. En un mes estaremos contándoles una nueva aventura. Para los que les interesa tener todos los cerros de Mendoza mapeados en Google Earth acá podrán descargarlo y visualizarlo en ese programa. Como siempre, se aceptan sugerencias y/o comentarios.