Nunca pude entender la “pasión” por el deporte que implica sentarse a ver cómo otros juegan. Debe ser algo cultural, del estilo de comportamiento de manada o cosa similar; si no, no me explicaría cómo alguien a quien le gusta el fútbol puede sentarse a ver un partido, pero la misma persona se divierte jugando al paddle y se comería un bodrio terrible si fuera forzado a ver por tv un encuentro. Bien, yo me como un bodrio terrible si tengo que ver un partido de cualquier cosa en televisión o en vivo. Pero además, no soy tampoco demasiado “amante del deporte” en sí. Hasta ahora…
Encontré algo que me fascina y para lo que felizmente puedo declararme un magnífico perdedor. Un noble deporte en el que soy capaz de enfrentarme a los más grandes maestros del planeta y perder con la frente en alto… por lo menos hasta el 6to punto, en que la frente y la cabeza empiezan a bambolearse de forma pasmosa. Con ustedes, la pasión de pasiones: El Beer Pong:
Como en el waterpolo o el ajedrez, las reglas son extremadamente simples y dan lugar a un juego de acción adrenalínica. Se puede jugar en singles o dobles. Para practicar este deporte no hacen falta implementos caros como ladrillos para simular arcos; sólo se necesitan pelotas de ping pong, muchos vasos de plástico, una mesa de ping pong y suficiente cerveza para dos o tres matchs. Que sean épicos o sólo titánicos dependerá de la pericia y resistencia de los nobles oponentes.
Para jugar, se dispone de una cantidad igual de vasos llenos de cerveza en cada extremo de la mesa de ping pong; tradicionalmente los vasos se dispondrán en forma triangular. El jugador deberá intentar embocar la pelota de ping pong en uno de los vasos con cerveza del oponente. En caso de lograrlo, el oponente tiene que consumir el contenido del vaso (evitando tragar la pelotita o sacándola antes, si la coordinación se lo permite) y, según el estilo de juego, remover el vaso de la mesa o volver a ponerlo en la posición que ocupaba; en este último caso, de ser embocada otra vez una pelota en el vaso vacío, se penalizará al lanzador haciéndole tomar un vaso de cerveza de su propio lado (con posición del vaso a elección). El match termina cuando uno de los dos lados se queda sin vasos con cerveza, en cuyo caso el equipo correspondiente a ése lado pierde.
Eso es todo, no hay (necesariamente) más complicaciones. Por supuesto, las reglas varían de región a región. También se recomienda usar una cerveza de baja graduación alcohólica (una Pale Ale o similar) para que el juego no termine velozmente en un empate o la descalificación provocada por la obstrucción de la cancha con uno o más cuerpos inertes sobre la misma.
Y si creen que todo esto es algo que me acabo de inventar, se equivocan. Aunque me arrepienta de no haber pensado en esto antes, el Beer Pong es un noble deporte que tiene sus orígenes en aquellos lugares donde se encuentran inscripciones en griego antiguo en las paredes. O sea, en las fraternidades en universidades estadounidenses de los 50’s y 60’s. Y no solo es un deporte con un nivel de reconocimiento tal que posee su propio artículo en la Wikipedia, también existe una liga nacional de Beer Pong en USA e incluso se juega el campeonato mundial de Beer Pong. Creo que lo pasan en ESPN8…
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=TYqnVpQ7bfQBeer Pong. Concentración, velocidad, destreza. Un deporte que no es para los flojos de estómago. El ganador puede pararse de forma orgullosa. Fundamentalmente, puede pararse. El perdedor no.