No quiero convertir este espacio en una tribuna política, lo hemos evitado durante casi los dos años de blog, pero ha sucedido algo muy serio. No son los autos importados, ni la ropa, electrónica o cualquier otro objeto del deseo que proviene de otras latitudes. Hoy nos tocaron el culo; no se pueden pedir libros de afuera (o, lo que es lo mismo, “andá a buscarlos a Ezeiza”). Y no es que yo compre el best-seller-new que todavía no llega acá, estamos hablando de publicaciones técnicas, revistas internacionales como Nature, Science o cualquier otra publicación técnica. La excusa pelotuda de la posible cantidad de plomo en la tinta que nos quieren hacer creer es todavía más disparatada que los mentirosos índices del INDEC, superávit, balanza comercial, cambio monetario ficticio, operaciones de “la corpo”, transparencia administrativa y un largo etcétera que los retardados seguidores K nos quieren hacer creer como correctos. Sinceramente pienso que éste es un punto de inflexión. Tal vez la gente “común” no se de cuenta a lo que hemos sido sometidos. No es más que otra mala decisión en un gobierno que desde hace un año y medio lo único que hace es mandarse cagadas. Eso sí, creen que los abala el 54% de la gente que los votó creyendo que esos votos eran porque adoraban “el modelo” cuando en realidad la gente llena el sobre pensando con el bolsillo. Sino que alguien me explique por qué puta ganó Menem en el 94 siendo que tenía más casos de corrupción encima que ningún otro gobierno en nuestra corta historia o como los mismos que votaron a Macri lo hicieron con Cristina dos meses despues. Pero eso es harina de otro costal y me estoy yendo por las ramas
Mejor, como soy malo escribiendo sobre estos temas y no tengo la habilidad de otros para la redacción, les dejo un audio de 3 minutos que corresponde a la columna semanal de Hernán Casciari (creador de Orsai) en el programa de Pergolini. Mejor que él para explicar lo que pasa y como se siente, nadie. Hasta la próxima.